sábado, 30 de noviembre de 2013

Hopeless


No sé exactamente si existe un diagnóstico apropiado respecto a como me siento. No es diferente de las miles de veces que me pasó, sin embargo, intento darle una explicación a mi estado de ánimo.
Supongo que es agotamiento, supongo que es esta altura del año donde nuestras fuerzas nos terminan por abandonar y uno sin energías va haciendo el balance.
No sé, es esa sensación de no reconocerme a mí misma, de estar cansada constantemente y tener ganas de rendirme, de largar la carrera y volver a mi introvertido mundo imaginario, donde soy lo que quiero ser. Sé que es una idiotez pero es como si la vida me estuviera dando de cachetadas y no pudiera defenderme. Es como me quitara lo único en que me considero "buena". 
Tal vez es que no tengo un día libre y que cuando lo tengo lo paso generalmente sola, sin planes, ni amigos y ningún lugar a donde ir. 
Los fines de semana llegan para desplomarse sobre mí y decirme que hace ocho años que estoy esclavizada en un trabajo que me da la oportunidad de seguir luchando por las cosas que quiero y que un trabajo full time no me dejaría tener pero que al mismo tiempo no me alcanza para vivir y tener la mente tranquila sobre que estoy construyendo algo para mí. 
Tengo ganas de llorar y no sé si es cansancio, si es el fracaso en el estudio, en el amor, en mi vida o las fucking hormonas, porque como si no fuera suficiente con lo que nos rodea el cuerpo femenino se encarga de adosarnos un montón de emociones extras que me hace llorar hasta por una estúpida publicidad.
No sé, no tengo respuestas, tengo muchas dudas, ganas de seguir luchando y esperar siempre lo mejor aunque casi nunca es así.
Hoy me siento desesperanzada. 

viernes, 22 de noviembre de 2013

Extraño

Extraño los fines de semana en que lo único que tenía que hacer era buscar algo por hacer...
Extraño los sábados sin salidas ni reuniones en que las noches divergían entre palabras y lecturas sin fin aunque mi biblioteca no existiera aún.
Extraño dibujar por dibujar... sin que haya una necesidad de desestresarme porque no sabía lo que era eso.
Extraño las noches en donde las agujas del reloj no existían...
Extraño los domingos mañaneros de crucigramas y plazas de papel.
Extraño los días en que hacía sin más...