Ayer por la noche me fui a dormir con la sangre en ebullición.
Después de muchísimo tiempo sin reunirnos vinieron a visitarme mis amigos E y S. Son esa clase de amigos que uno conoce durante toda su vida y aún así no dejan de sorprenderte, ni de apoyarte nunca. Esa clase de amigos que no importa si pensás distintos siempre van a estar ahí.
Y es así que una vez más comenzamos a discutir sobre política, aunque no sé muy bien cómo carajo llegamos a ello.
Y lo que fue una charla amena se convirtió en un tire y afloje sobre nuestra realidad atravesada políticamente por quienes están a favor o en contra de nuestro actual gobierno.
Y soy sincera no estoy ni a favor ni en contra y es acá en donde disiento totalmente con los que toman una postura determinada. Como todo en la historia no todo es rosa y no todo es negro.
E intento tener diferentes perspectivas de la historia y de nuestra realidad como país. Y pareciera ser que si no estás a favor de todo lo que dice el gobierno te convertís automáticamente en un “gorila” o lo que es peor un “golpista”. O todo lo contrario si sos K sos un ingenuo que no ve más allá de los discursos que da la presidenta.
Y esto me saca y mucho ¿Por qué? Porque sencillamente no soy idiota, y no necesito que nadie me venga a decir cómo tengo que ver mi realidad. Porque comprendo y soy capaz de ver que no todo es tan negro como lo plantean los que no están a favor del gobierno; y por otro lado, tampoco sé que todo es tan así como dice el gobierno.
Porque sé que no vivo en un país tirado a la miseria pero sé también que no vivo en un país del primer mundo.
No todo es negro y no todo es rosa.
Y es por eso, que elijo no elegir. No ponerme de ningún lado e intentar sacar mis propias conclusiones que sumado a mis estudios y a lo que sigo aprendiendo día a día no es poco.
Lo que más bronca me da es que no puedo hacer ver eso, que termino diciendo cualquier burrada porque no puedo simplemente ser escuchada.
Y pareciera que veo todo negro cuando no es así, porque por algo elegí la docencia ante cualquier otra carrera. Porque yo creo en el futuro, que las cosas van a cambiar si todos nos ponemos las pilas y porque creo que la única forma de hacerlo es a través de la educación.
Sí, creo y espero estar viva para ver transformar a estar realidad.
Ahora el desafío no es sencillo, porque consiste en dejar de ser egoístas y mirar más allá de nuestras propias narices. Y es ahí dónde recae todo: en dejar de pensar de porque yo esté “bien”, el resto también lo está.
El desafío es pensar en “nosotros”, en el bien de todos, en poder ver que si yo estoy bien a lo mejor el de al lado lo está pasando mal y por ahí necesita una mano; y no encasillarnos en que el gobierno de turno nos va a dar todas las soluciones. Nosotros y solo nosotros podemos asegurarnos el futuro, nuestro futuro, el de Argentina.